
Entrenador trans para la comunidad queer: “lo más lindo de ser visible es mostrar una realidad que siempre ha existido”
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Belyamin Chávez es una persona trans masculina de 27 años, residente de Valparaíso, que se dedica a entrenar únicamente a personas de la comunidad LGBTQ+ a lo largo del país, ya sea de forma presencial o virtual. A través de sesiones personalizadas y grupales, y workshops de calistenia Belyamin busca generar desde la empatía un espacio seguro dentro del entrenamiento a personas comúnmente rezagadas de espacios deportivos tradicionales.
Por Valentín Castañón
¿Qué te motivó a enfocarte en trabajar con personas de la comunidad LGBTIQ+, especialmente en el ámbito del entrenamiento?
A mi siempre me ha gustado el deporte, desde pequeño siempre he jugado a la pelota profesionalmente y me imaginaba ligado al deporte, ser entrenador físico pero de fútbol. En ese tiempo yo tenía 15 a 16 años y mis papás se enteraron que me gustaban las chicas, como yo jugaba con la firma de ellos por ser menor de edad me dijeron “ya no te vamos a seguir firmando, así que adiós fútbol” y sentí una depresión muy fuerte, caí en depresión porque me quitaron lo que más amaba en ese entonces, lo que más me apasionaba. Después de eso pasó bastante tiempo, unos 5 a 6 años y estaba en toda esta etapa de la identidad, de conocerme, entré a estudiar cosas que no quería estudiar por la presión social de mi familia y estaba un poco perdido. Fue cuando empecé a transicionar que leí en muchos posts la importancia de hacer ejercicio por todo lo que va ocurriendo con las hormonas, entonces dije “voy a empezar a moverme desde antes de transicionar” y empecé a hacer zumba todos los días a la misma hora, fue lo primero que hice para generar constancia. Luego de esto empecé a transicionar y paralelo a esto pensé “quiero aprender cosas” y ahí empecé a hacer entrenamiento funcional con un grupo de Herbalife, que estaban dando clases grupales gratis y me sumé a ver qué onda, lo encontré entretenido; ahí fue que empecé a meterme en el mundo. Después tomé un curso y empecé a hacer entrenamiento funcional en Santiago grupal a chiques de la comunidad, siempre fue dirigido a la comunidad desde el punto cero por yo mismo ser parte, nunca he pensado en no hacerlo para la misma. Ahí empecé a hacer entrenamiento funcional a personas queer vía online, por bajo costo, pagaban lo que podían y después esas mismas personas me dijeron que por qué no lo hacía presencial, esto fue en el año 2020. A comienzos de 2021 empecé presencial en San Borja en Santiago, ahí empezaron a llegar grupos de 5 personas, de 10, de 15. Cuando ya eran 15 personas, tenía que en ese tiempo irme a Brasil, de esas 15 personas hubo algunas que quisieron continuar de uno a uno vía online, no querían dejar de entrenar y querían mi acompañamiento, ahí empecé. Paralelo a eso empecé a hacer rutinas vía online con otras personas de otros países y así fue cada vez ampliándose un poquito más y ahora hago esto mismo, entrenamiento de uno a uno, armo rutinas, genero dieta deportiva y aparte hago grupos de calistenia acá en Valparaíso, que son dos veces a la semana miércoles y domingo.
¿Cuál crees que es la diferencia entre un espacio deportivo seguro para personas LGBTIQ+ y un gimnasio tradicional? ¿Cómo crees que eso les aporta?
Lo creo que más aporta y la gran diferencia es la empatía, en todo sentido, sobretodo en reconocernos, siento que el reconocer nuestra identidad, el encontrarla es un largo camino y una persona cisgénero -que se identifica con el género asignado al nacer- a veces le cuesta entender. Siento que no hay un enfoque en ese sentido, entonces por eso siempre trato de entrenar a todes les chiques desde el cuidado y desde la ternura igual, no soy un entrenador así intimidante, que es un poco lo que generan los espacios más tradicionales, es algo que constantemente veo cuando visito un gimnasio. Trato de hacer lo opuesto, todo lo que veo y no quiero hacer, lo opuesto a lo que yo he estado viendo en este tiempo y en este trayecto.

¿Qué significa para ti ser visible como una persona trans y todo lo que eso conlleva?
Lo más lindo de estar constantemente visibilizando que soy un chico trans es estar mostrando la realidad, una realidad que existe y que siempre ha existido, por más que estemos siendo cada vez más visibles pienso que la gente piensa que esto es algo que está ocurriendo ahora, pero es algo que ocurre hace muchos años atrás y que tal vez no había tanta información. Siento que lo más importante de visibilizar es estar constantemente informando a las generaciones de hoy en día y las que vienen para que haya esta naturalidad en un futuro; por ejemplo para mi sobrina que tiene 15 años, es totalmente natural una persona agénero, género fluido, chico trans. Pero tal vez para mí cuando era chico, ver una pareja gay -que no es lo mismo a la identidad de género- era como “oh, que terrible, no los mires”. Siento que hoy en día hay más visibilidad de la identidad de género y creo que la visibilidad constantemente va a llevar a esto de que seamos parte de todos de forma natural, por eso siento que es importante la visibilidad para que todo lo que esté ocurriendo, en un futuro sea más natural.
¿Cómo describirías tu identidad de género y cómo ha ido evolucionando a través de los años?
Desde chico siempre me encontré en cosas para masculinidades, para niños y digo “para niños” porque es como “el fútbol para niños” todo está muy etiquetado, entonces tipo a los 17, 18 años empecé a tener Información que nunca había visto sobre la identidad de género y me quedé como “wow igual me encuentro un poco ahí”. Pero estaba esto del miedo de mi familia, lo que podían decir o hacer, pero filo, lo dije. Y mi familia me dijo tipo “cuando tu vivas fuera de este techo haz lo que quieras, pero mientras vivas debajo de este techo no puedes hacer nada, eres Belén -Belén era mi nombre antiguo- y Belén, vas a ser debajo de este techo”. Quedé como súper para dentro, un poco congelado, toda mi vida he sido muy obediente, entonces cuando mi familia dijo eso fue como “ok haré caso”. Pasaron 3 a 4 años y estaba saliendo con una persona que me dijo “tú tienes que ir y decirlo, como algo no negociable”, ahí fui acompañado y dije “quiero transicionar, voy a hacerlo les guste o no te guste”. Mi mamá y mi papá quedaron así como “oh se han revelado” y mi familia se puso a llorar, mi mamá me dijo que trataría de acompañarme pero desde la primera vez que le dije pasaron cuatro años hasta ese momento, es decir, estuve cuatro años reprimiéndome el transicionar. Empecé a transicionar y al principio fui identificándome como un hombre y después empecé full a deconstruir donde me estaba encontrando. Me di cuenta que me gustan las cosas masculinas, pero también me gustan las cosas femeninas, como una cosa no quita la otra, estaba un poco en la cuerda floja. En ese tiempo estaba transicionando con hormonas y me vestía con falda, con crop-top. Estaba un poco deambulando en todo esto de la expresión de género y encontrándome, porque desde que comencé a transicionar ha sido un constante descubrimiento y no solamente en la identidad de género sino también con la orientación sexual, al principio me gustaban mucho las niñas, me sentía muy hombre y ahora es como que me siento muy trans no binarie, en realidad siento que me gustan mucho más las masculinidades, siento que he ido girando completamente.
¿Hay cosas que te gustaría que las personas dejaran de preguntar o asumir sobre los cuerpos de personas trans?
La verdad cada vez me da un poco lo mismo, pero creo que lo más incómodo y que me lo han preguntado unas 3 veces es “¿y tienes vagina?” esa pregunta me supera, siento que es totalmente inapropiado, es como “que te importa a ti lo que tengo o no tengo”. Creo que esa es la pregunta o lo que me han dicho que es lo más fuerte y me encantaría que nunca lo dijeran.
¿Qué sueños o proyectos tienes para el futuro?
Mi gran sueño es tener un gimnasio queer como espacio físico y que ojalá ese espacio físico se fuese ampliando, que sea una especie de cadena. Por ejemplo, yo voy a un Smart Fit, y sería genial que este en vez de ser un Smartfit sea un gimnasio queer. Y que este gimnasio queer vaya ampliándose en distintas localidades, en distintas regiones, cosa de poder colaborar con distintos personal trainer o distintos guías de movimiento de otras ciudades.
La historia de Belyamin y su dedicación a la comunidad LGBTIQ+ refleja un apoyo constante a una parte de si mismo que al contrario de ocultarla o disfrazarla, la abraza y se enorgullece con el fin de educar desde su presencia al resto de las personas. Con una personalidad resiliente y dulce, el trabajo de Belyamin es un ejemplo de que el entrenamiento no solo fortalece cuerpos sino también permite habitarlos con libertad y sin miedo.