Un enfoque adaptado a las necesidades de los más pequeños y la combinación de técnicas de relajación y ejercicios de respiración han transformado al taller en un espacio de crecimiento emocional y personal, donde cada niño puede explorar y expresar su individualidad.

En un mundo donde el bienestar emocional y físico de los niños es fundamental, el taller de yoga infantil creado por María José Ángel en Tierras Blancas se ha convertido en un espacio vital para el desarrollo de pequeños de entre cuatro y ocho años. Cada sábado, en un ambiente familiar y acogedor, los niños exploran el yoga a través de actividades lúdicas que fomentan la creatividad, mejoran su concentración y les enseñan a manejar el estrés, todo bajo la guía apasionada de una educadora con más de 25 años de experiencia.

María José dedica la mayor parte de su tiempo durante la semana a su labor en el Jardín Infantil «Melodía», también ubicado en Tierras Blancas, pero hace un año decidió crear el taller de yoga infantil. A través de esta iniciativa, busca dedicar unas horas a la semana a algo que le apasiona profundamente, apoyar el bienestar emocional y físico de los niños, “Es un respiro tanto para mí como para los niños” declara.

El taller de yoga nació a partir de una experiencia personal cuando Anaís, su hija, asistió a uno de estos talleres en su infancia, obteniendo resultados muy positivos en su desarrollo personal. Inspirada por este impacto, la educadora de párvulos decidió formarse en el área, completando un curso online de un año donde adquirió las habilidades necesarias para impartir estos talleres.

María José explica que “El yoga para niños es una práctica adaptada a sus necesidades y capacidades que consiste en una combinación de posturas de yoga, ejercicios de respiración y técnicas de relajación que se enseñan a través de actividades entretenidas para los niños”. Además, destaca que estas prácticas ayudan a los pequeños a desarrollar una mayor tolerancia a la frustración y aumenta la autoestima de los pequeños, lo que es clave en sus primeros años de vida.

Asimismo Camila Olivares, diplomada en yoga infantil por la Academia de Yoga de Santiago, aporta una visión complementaria a la de María José y destaca la importancia de esta práctica como una herramienta innovadora para trabajar con niños, especialmente en aquellos con neurodivergencias. Camila afirma «Es una súper buena manera para quebrar el molde«, además subraya que el yoga no solo fomenta la conciencia corporal en los pequeños, sino que también favorece una mayor integración y adaptación a sus necesidades.