El Parque Kokoro no Niwa en La Serena, es considerado el oasis nipón más grande de Sudamérica, capaz de llevarte al antiguo japón por su tranquilidad al momento de conectar con la naturaleza y su armonioso diseño, como senderos de piedra rodeados de diversas especies de árboles y diseños inspirados en la filosofía japonesa, caracterizada por la armonía, el equilibrio y la serenidad.
“El testimonio de la hermandad”, la placa conmemorativa recuerda la colaboración entre las empresas japonesas y chilenas en conmemoración al 450° aniversario de la ciudad. Fue diseñado por el paisajista Akira Ohira, con el fin
de traer consigo una forma de vida entre los turistas, la tierra, el agua y la naturaleza.
“Entre el rojo y la naturaleza”, el jardín japonés cuenta con uno de los protagonistas de esta escena visual, un puente de arco tradicional japonés color rojo, que cruza un tranquilo estanque de aves y peces Koi que conviven armoniosamente, además de una abundante vegetación. Este punto sorprende por su vista periférica del paisaje, y su calidez especial.
“Más que naturaleza una filosofía”, este oasis cuenta con una extensión de aproximadamente 26.000 metros cuadrados, combinando elementos tradicionales del paisajismo japonés y elementos de la región como la vegetación, las texturas, además del clima del norte chico. Cuenta con senderos de altos árboles y arbustos ornamentales cuidadosamente podados que identifican la filosofía japonesa.
“El alma busca un refugio de paz” , el pabellón tradicional se encuentra ubicado sobre un muelle de piedras. Fue construido con un techo de tejas grises y detalles arquitectónicos propios de la cultura nipona. Destaca por sus columnas cilíndricas y paneles que reviven la estética zen, con el fin de ofrecer un área de descanso, contemplación y calidez por medio de sus vistas al estanque.
”Belleza efímera”, con su plumaje blanco puro y alas pintadas de negro este cisne blanco sorprende a los visitantes por su tranquilidad en el entorno. Es una de las tantas especies que se puede encontrar en este jardín como Cisnes negros, Cisnes blancos, Cisnes cuello negro, Taguas, patos mayares, pekines y peces Koi.
“La entrada del sintoísmo”, el torii de color rojo es uno de los pórticos que más destacan en el parque japonés, simboliza el paso del mundo terrenal al espacio sagrado, con el fin de invitar a los visitantes a sumergirse en un espacio de contemplación, serenidad y respeto por la naturaleza. Su presencia en el parque es fundamental para entender la conexión entre ambos espacios para convertirse en un espacio tangible a través de la puerta sintoísta.