LA REGIÓN DE COQUIMBO SE POSICIONA COMO UN PUNTO CLAVE PARA LA ASTRONOMÍA

LA REGIÓN DE COQUIMBO SE POSICIONA COMO UN PUNTO CLAVE PARA LA ASTRONOMÍA

300 noches al año con los cielos despejados y transparentes son algunas de las razones que explican las condiciones únicas que tiene la región y que ha posicionado a la zona como uno de los mejores lugares para la investigación astronómica a nivel mundial.

El libro “100 conceptos básicos de la astronomía” escrito por la Sociedad Española de Astronomía (SEA) define a esta ciencia como “el estudio de las posiciones, distancias, movimientos, estructura y evolución de los astros». Para José Luis Nilo, astrónomo y docente de la Universidad de La Serena, esta disciplina intenta responder preguntas esenciales, como el origen de la vida y la composición del universo, además explicó que la región de Coquimbo ha tenido gran importancia a nivel mundial, debido a los descubrimientos y datos que se generan en los diferentes observatorios de la zona; entre los que se encuentran contribuciones para las investigaciones de los premios Nobel de Física del año 2011 y 2017. Por su parte, Rodrigo González, Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Centro, indicó que esta ciencia espacial también ha traído beneficios al turismo y otros servicios en la región, ya que el astroturismo se ha convertido en un desencadenamiento productivo debido al interés turístico que se genera en la zona.

La primera actividad astronómica de la que se tiene registro en Chile, según la página web de Memoria Chilena, fue en el año 1849 con la llegada del astrónomo estadounidense, James Melville Gillis, quien instaló un observatorio en el Cerro de Santa Lucía (Santiago). La investigación que se realizó en este centro astronómico finalizó en el año 1852 y entre los principales aportes que se hicieron están algunas observaciones de los planetas Marte y Venus. Una vez finalizada la investigación, a través de un decreto del presidente Manuel Montt, el Estado adquirió este observatorio y lo transformó en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN). Para Rodrigo González, en la actualidad Chile ha logrado constituirse como uno de los principales polos de generación de datos astronómicos más importantes a nivel mundial y señala que se espera que en el año 2030 el 54% de los datos generados a nivel mundial serán producidos en el país.

La región de Coquimbo es una de las principales zonas astronómicas de la nación, de acuerdo con José Luis, esto se debe a que “este territorio tiene unas condiciones topográficas que hacen el cielo particularmente estable; lo que implica que la turbulencia es muy baja y hace que sea, muy transparente”. El astrónomo destaca que en la década de los 60 se construyeron los primeros observatorios en la región, uno de ellos fue el Observatorio de La Silla “hasta principios del siglo pasado este era uno de los centros astronómicos más grandes del planeta y había decenas de telescopios funcionando”. Actualmente, dicho lugar se dedica al descubrimiento de exoplanetas, es decir, planetas que están fuera del Sistema Solar “el centro está a punto de superar los 3.000 planetas exosolares descubiertos, entre los que se encuentran cuerpos gaseosos y otros rocosos” enfatizó el astrónomo. 

En la misma década se construyó el Observatorio del Cerro Tololo, Steve Heathcote, director de este centro, mencionó que desde este se pueden observar diferentes objetos, como por ejemplo las Nubes de Magallanes, dos galaxias enanas que están ubicadas en la Vía Láctea. Para Heathcote, el descubrimiento más importante que han realizado es que el universo está acelerándose; ya que hay una fuerza llamada energía oscura, la cual hace que el universo se expanda cada vez más rápido. 

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Fotografía Propia. Steve Heathcote, director del Observatorio Cerro Tololo.

De acuerdo con José Luis Nilo, además de hacer descubrimientos los observatorios ubicados en la región han contribuido con datos a estudios internacionales de gran importancia, como a la investigación de los ganadores del Premio Nobel de Física 2011 Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess, quienes lograron determinar que el universo se expande de manera acelerada, es decir que el universo no es una entidad estable como se pensaba, sino que se expande, va creciendo. También aportaron información a las investigaciones llevadas a cabo por Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne, quienes  en el año 2015 confirmaron la teoría de Albert Einstein acerca de la existencia de ondas gravitacionales y en el 2017 descubrieron las causas de estas ondas; debido a esta última investigación ganaron el Premio Nobel de Física de ese año. 

A pesar de estos logros, la astronomía en la región enfrenta varios desafíos, para Nilo el principal se encuentra en el área científica, esto ya que en la región se va a instalar el telescopio Vera Rubín, uno de los más potentes del planeta y va a escanear el cielo de una manera que nunca se había hecho, lo que entregaría mucha información. Además, en el límite norte, cerca del Observatorio de la Sierra y el Observatorio de Las Campanas, se está construyendo el telescopio más grande del planeta, el que medirá 26 metros de diámetro. Hoy en día el más grande que existe mide 8 metros de diámetro, esto significa que en el futuro se contará con una gran cantidad de información como nunca se había dispuesto y con el telescopio se obtendrán imágenes con una profundidad que nunca se había podido conseguir. El astrónomo señaló que otro desafío es la mejora en la transmisión del conocimiento a la ciudadanía y la formación de capital humano, esto a través de los programas de licenciatura, magister y doctorado en astronomía. 

Las características únicas que tienen los cielos en la región de Coquimbo no sólo han permitido que se consolide como una de las principales exponentes de la astronomía a nivel mundial, sino que también ha convertido a la región en uno de los principales proveedores del astroturismo “ha surgido un desarrollo económico sustentable, el cual es el turismo impulsado por la astronomía y ha tenido un impacto que nadie había pensado hace 25 años atrás; hoy en día es una de las principales captadoras de público para que vengan a la región” destacó José Luis. En relación a esto, el sitio web de Todo Coquimbo menciona que esta es una de las industrias turísticas más potentes de la región, la cual concentra más del 50% de la oferta astronómica en todo el país.

Los tour astronómicos son una de las principales actividades del astroturismo, en el cual los participantes pueden conocer sobre astronomía en un entorno especializado, Steve Heathcote mencionó que hay observatorios como Mamalluca donde las personas pueden ir en la noche y por los telescopios ver diferentes cuerpos celestes, en otros centros astronómicos como Cerro Tololo las visitas son durante el día, en este caso participan de tours guiados y pueden ver los diferentes telescopios. Sin embargo, el desarrollo de la astronomía no ha beneficiado solo a este ámbito del turismo, según Rodrigo González, el astroturismo se ha convertido en un desencadenamiento productivo, ya que “cuando se abren nuevos observatorios y la gente los visita, también ocupan los hoteles y los restaurantes, generando ingresos a las personas que producen este tipo de servicios y a su vez a la región”. El Seremi mencionó además que incluso ha hecho que parte del producto interno bruto de la región dependa de esta actividad.

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Fotografía Propia.

Contaminación lumínica

Con el pasar de los años se ha formado una paradoja “la cualidad natural de la región llama a que más gente venga a vivir a la zona, sin embargo, esto amenaza esta cualidad natural, lo que afecta a la astronomía” explica José Luis Nilo, el astrónomo se refiere a la contaminación lumínica y la manera en que ha aumentado a lo largo de los años. Steve Heathcote también se refirió al tema y expresó que “cuando llegué a trabajar al Observatorio del Cerro Tololo hace aproximadamente 40 años, en la noche al caminar por los alrededores del centro estaba todo oscuro y se podía leer un libro con la luz de las estrellas y la luna. Pero ahora cuando salgo veo muchas luces alrededor”. Nilo explicó que la iluminación de la ciudad es totalmente compatible con el trabajo astronómico y que el problema es la manera en que están diseñados los artefactos que producen la iluminación artificial en las ciudades “la contaminación lumínica significa que la luz, en vez de alumbrar el suelo que es donde vivimos, alumbra el cielo”.

Steve Heathcote señaló que la contaminación lumínica afecta bastante la actividad en los observatorios “estamos tratando de ver objetos con iluminación muy débil, entonces necesitamos que los cielos sean lo más oscuros posible, el efecto de la contaminación lumínica dificulta esto ya que el cielo está más brillante y por ende las estrellas u otros cuerpos celestes que queremos ver son más difícil de detectar”. Además, agregó que, aunque la contaminación lumínica todavía no afecta de manera severa a las investigaciones que se realizan en la región, existe el temor de que, al no controlar esta contaminación, ya no sea factible trabajar en la zona. El director del Observatorio Tololo explicó, que algo similar ocurrió en la ciudad de Los Ángeles “el observatorio de Palomar tuvo durante muchos años el telescopio más grande del mundo; sin embargo, esta es una ciudad con mucha luz y contaminación lumínica; debido a ello es casi imposible hacer astronomía con ese telescopio”. Sin embargo, indicó que es difícil que algo similar ocurra en la región de Coquimbo, esto ya que diferentes entidades llevan un tiempo trabajando en soluciones para mitigar este tipo de contaminación.

El Seremi Rodrigo González mencionó que “como Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación hemos estado impulsando el nuevo decreto supremo número 1, que pone a 14 de las 15 comunas de la región bajo esta especial protección de cuidados de los cielos, entendiendo que están cerca de algún observatorio astronómico. Esta es una medida clave para que se generen las condiciones materiales, se cambie la luminaria y que los privados, además del mundo público, entiendan que preservar los cielos también preserva esta calidad de investigación que se realiza en la región y en el país”. Por otra parte, José Luis Nilo declaró que desde la Universidad de La Serena están trabajando desde un enfoque científico, esto a través de un equipo especializado, el cual está colectando datos empíricos para demostrar de manera fundamentada cual es el origen de la contaminación lumínica en la región y desarrollar propuestas para resolver esta problemática.

El astrónomo mencionó que ya realizaron una investigación en la comuna de Andacollo, la cual consistió en que el equipo tomó contacto con la municipalidad de esta comuna y apagaron la ciudad completa durante un periodo de tiempo en una noche en particular, mientras los científicos de la universidad instalaron sensores para medir la contaminación lumínica durante el apagón y después de este. El descubrimiento que hicieron fue que la mayoría de la contaminación lumínica de esta localidad no proviene de la red de alumbrado público, sino de la iluminación particular “esto es un problema, ya que significa que las personas compran demasiados artefactos de iluminación sin saber las consecuencias que tiene la contaminación lumínica, no solo para la astronomía, sino también para los seres humanos”.

La astronomía en la región de Coquimbo ha logrado posicionar a la zona como un punto clave en el desarrollo de esta ciencia debido a los aportes de datos y descubrimientos que se han realizado desde la zona, además, el astroturismo ha tenido gran importancia en la economía regional, beneficiando a hoteles, restaurantes y emprendedores locales. Sin embargo, ambos se ven amenazados por la creciente contaminación lumínica, la cuál de no ser controlada a tiempo puede acabar de manera permanente con la posibilidad de realizar estas actividades en la zona, a pesar de que las autoridades, además del mundo científico, están trabajando para hallar soluciones frente a esta problemática, es importante que la ciudadanía entienda que también deben participar en la lucha contra la contaminación lumínica.

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