
BROCHAS Y ESPONJAS DE MAQUILLAJE: UN FOCO DE INFECCIONES
La falta de higiene en cosméticos puede tener serias repercusiones en la piel, desde bacterias comunes hasta microorganismos potencialmente peligrosos. Actualmente pocos consideran los riesgos que acechan en sus utensilios no aseados, lo que ocasiona condiciones como dermatitis localizada y brotes de acné severos. Si bien es un tema que se puede tratar, la falta de preocupación de las personas puede llegar a ocasionar enfermedades graves siendo la sangre, los huesos y las articulaciones afectadas por ello.
Hoy en día debido a la masificación de los productos de belleza, una gran parte de la población se maquilla y/o utiliza artículos de maquillaje, pero esto no significa que las personas tengan en cuenta los daños que los utensilios no higienizados puedan causar. Estos artículos contienen bacterias y microorganismos que generan complicaciones en la salud de la piel, a través del medio “La voz de la salud” en España, se explica que “en general el 99,9 % de las bacterias que hay en el ambiente no nos hacen nada, pero hay que tener cuidado con ese 0,1 % restante”. Según Larry Bush, especialista en enfermedades infecciosas, mediante el manual MSD (recurso de información médica), “las bacterias son organismos microscópicos unicelulares que se encuentran entre las formas de vida más antiguas conocidas en el planeta” por lo que habitan en cualquier tipo de ambiente sobre todo en lugares constantemente utilizados como lo son las brochas y esponjas.
En Chile hasta el momento no se han realizado estudios de las bacterias que pueden estar cultivadas en los artículos de maquillaje, pero según un Estudio microbiológico de productos cosméticos usados, realizado por la Universidad de Aston en Reino Unido, aproximadamente entre el 79% y el 90% de todos los productos analizados estaban contaminados por bacterias con cargas bacterianas. En la investigación se detectó la presencia de Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Citrobacter freundii, además de enterobacterias y hongos en todos los tipos de productos y fueron prevalentes en los beauty blenders, teniendo en cuenta que el 93% no se habían limpiado y el 64% se habían caído al suelo y seguían utilizándose.
La dermatóloga Paula Bonaldi, menciona que la utilización de estos productos contaminados provoca enfermedades en la piel que no necesitan tratamiento antibiótico como acné, texturas, rosácea y otras condiciones, sin embargo, en casos más avanzados se pueden producir infecciones purulentas (con pus), además agrega que “Siempre que vamos a utilizar alguno de estos artículos, tenemos que tener en cuenta la contaminación que se puede llegar a acumular en ellos, ya que su uso repetido deja residuos que pueden reproducirse y aumentar en cantidad, por lo tanto, sería un vector que eleva la probabilidad de infecciones secundarias”, debido a esto la importancia de limpiar y lavar los utensilios usados.
Tanto el cuidado que se le da a los productos y artículos, como el proceso de manufactura, puede ocasionar la presencia de microorganismos, de acuerdo con la infectóloga, Aldoaneth Leiva “el microorganismo que haya por la producción es distinto a cuando se coloniza con los microorganismos propios del individuo que lo está ocupando…Las bacterias frecuentes pueden ser los estafilococos, los estreptococos, que en general son gram-positivas, es decir que no son dañinas para el ser humano, o las pseudomonas, que en este caso son gram-negativas, que pueden causar infecciones graves”.
Los estafilococos son las bacterias más comunes en propagarse en la piel, a pesar de que en la mayoría de los casos no resulta ser de gravedad, si no se trata puede ocasionar dificultades. De acuerdo con MedlinePlus, sitio web que ofrece información de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU, “Muchas personas sanas tienen estafilococos en la piel generalmente, el microbio no causa una infección ni síntomas y esto se denomina ser colonizado con estafilococos…Con frecuencia se propagan por contacto de piel a piel, también pueden ingresar a través de cortaduras, raspaduras o granos. Mayormente, la infección es menor, sin embargo, esta puede afectar la sangre, los huesos o las articulaciones”

Las infecciones y condiciones de la piel generadas por microorganismos, solo pueden ser diagnosticadas por especialistas, ya que se debe analizar e investigar por cual tipo de bacteria es propagada, con respecto a esto la cosmetóloga Valentina Devia, comenta que “nosotros tenemos un manto ácido en la piel, que es lo que secretan nuestras glándulas sebáceas sudoríparas, básicamente como la barrera cutánea desequilibrada del ph de la piel, por lo que si yo me maquillo con brochas o esponjas sucias, lo que hace es que este manto ácido se va a ir desequilibrando y puede dar pie a una patología y a una dermatitis localizada, a un brote de acné, a un brote infeccioso etc.”.

A pesar de que el uso de objetos contaminados sea una de las causas de infecciones en la piel, también influye la piel o condición que ya tenga la persona, la infectóloga añade que la gravedad de la infección dependerá mayormente de la susceptibilidad del individuo al microorganismo, “cualquier condición que haga una disrupción en la barrera normal de la piel, la piel seca o deshidratada, piel que esté inflamada, como por ejemplo lo que pasa en el acné o la rosácea, eso ya cambia el microambiente de la piel y esta tiene que estar indemne para poder protegernos de que las bacterias no ingresen”, por lo que no es correcto compartir maquillaje, ni prestar brochas o esponjas a otros individuos.
Para constatar que tan presente tienen las personas el aseo de sus utensilios de maquillaje realizó un formulario en redes sociales para personas que usan maquillaje, quienes frente a la pregunta “Si utilizas brochas y esponjas, ¿Con cuánta frecuencias las lavas?” de las 318 respuestas, un 35,2% señaló que “casi nunca”, un 23% “una vez al mes” y un 20,4% “cada 7 días”, este resultado demostró que las personas generalmente no son preocupadas por la higienización de sus productos, ante esto la dermatóloga expresó, “hay expertos que suelen recomendar máximo 7 días, pero utilizando el sentido común, cada vez que utilicemos algo debería estar limpio. Por eso una recomendación, es utilizarlos una sola vez y lavarlos, para evitar cualquier daño en la piel”.
Con respecto a la limpieza de todo tipo de utensilios que se manipulen para aplicar maquillaje en el rostro, la maquilladora Nilsa Rivera, indica la forma correcta para una buena limpieza de los artículos “el lavado consiste en usar un champú y un desinfectante para brocha, ojalá que también haya un día de sol para que se alcancen a secar porque se secan al aire. Después se rocía alcohol isopropílico para eliminar cualquier tipo de bacteria y se vuelven a guardar para poder utilizarlas” también comenta que es importante que las brochas tengan un estuche aparte del resto del maquillaje, que se laven al menos 2 veces por semana y que no se almacenen las brochas sucias con las limpias.
El riesgo de los cosméticos no regulados
Los cosméticos son productos empleados para la higiene y belleza de la piel, el órgano visible y de mayor extensión del cuerpo humano, la cosmetóloga detalla que “la piel es muy delicada, es el medio que tenemos con el exterior y es el reflejo de todo”. No obstante, los estándares de calidad en los que se producen los artículos dermocosméticos, el tipo de producto y la forma en la que estos son almacenados influye en el estado y apariencia de la piel.
La infectóloga Leiva explica la distinción entre artículos con y sin estándares de calidad “los productos que tienen una cadena de fabricación en la cual no se mantienen estándares de limpieza, tienen mayor frecuencia de contaminación, mientras que en los que logramos conservar sello de calidad tienen menos frecuencia de contaminación”. En Chile todos los cosméticos deben contar con registro sanitario otorgado por el Instituto de Salud Pública (ISP).
El año 2003 se aprobó el Decreto 239, donde se establece el Reglamento del Sistema Nacional de Control de Cosméticos y el ISP es la autoridad sanitaria encargada en todo el territorio nacional del control sanitario, registro de cosméticos y de verificar la certificación de calidad. Además, otorga un número de registro sanitario que tiene que estar incorporado en el rotulado de los productos, lo que verifica la autorización sanitaria de estos.
El ISP colabora con el Servicio Nacional de Aduanas para lograr su objetivo y advierten que “siguen detectando incumplimientos en la reglamentación, falsificación y distribución de productos sin autorización sanitaria, incautándose cada año una gran cantidad de productos”. A esto se suma que el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) en enero de 2024 publicó un estudio sobre productos de cuidado facial comercializados en plataformas electrónicas, donde evidenciaron altos índices de infracciones en la venta online de productos cosméticos “uno de los incumplimientos más reiterados es la omisión del Registro ISP (99%), seguido por la ausencia de las precauciones de almacenamiento (97%), las advertencias de uso (89%) y los ingredientes que componen el producto (86%)”.

Nilsa Rivera afirma que “El maquillaje no debe tener parabenos ni plomo, pero
existen muchos de baja calidad o de frentón chino en los que se utiliza mucho, que están en el mercado o que no tienen registro ISP que no tienen calidad certificada, estos productos dañan la piel, porque tú no sabes qué componentes traen, entonces terminan dañando la piel e incluso generando cáncer posterior”.
A pesar de que en Chile no hay estudios que corroboren la cantidad de bacterias en los productos cosméticos, existen países que han abordado el tema exponiendo investigaciones al respecto. La despreocupación por la limpieza de brochas y esponjas llega a producir condiciones negativas que requieren tratamientos específicos y en algunos casos puede afectar más que solo a la piel, sin embargo, esta materia ha sido abordada solo en el ámbito científico, por lo que no se ha generado una concientización a nivel social y los riesgos siguen siendo constantes en la vida diaria de los consumidores de maquillaje.
Por Luisanna Velásquez & Sofia Carvajal
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