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Fotografía: Eduardo López

Por Eduardo López

Desde los inicios de las funciones de la casa de estudios, incontables trabajadoras han ejercido sus labores en la institución, presenciando todos los cambios que ha tenido a través del tiempo.

Una de las personas que se han mantenido por más tiempo en la universidad es la secretaria del Departamento de Biología, Soledad de Lourdes González, quien explica que entró con 20 años a la universidad. Comenzó a hacer su práctica en la Casa Central, exactamente en la dirección de extensión, para que después le ofrecieran otra práctica con posibilidad de ser contratada. Así fue hasta el día de hoy que, habiendo cumplido 57 años, lleva en total 37 trabajando en la Universidad de La Serena. 

Soledad de Lourdes González, secretaria del Departamento de Biología.

Soledad relata que “cuando entré a la universidad no existía locomoción para la colina, nosotros simplemente caminábamos. Subía las escaleras, no teníamos más alternativa que caminar”. También explica que en esa época se ocupaba la máquina de escribir electrónica, además de que las pruebas se pedían con semanas de anticipación porque había que tipear y corregir cada una de ellas.

Maquina de escribir que aún mantiene Soledad en su oficina 

El tiempo que ha estado Soledad en su cargo ha hecho que conozca a varias personas de la institución. En relación a esto, relata que “han pasado varias generaciones, cuando entré aquí los estudiantes que estaban egresando hicieron un magíster para luego quedarse trabajando aquí, así que conozco a muchos profesores desde su época de estudiantes”.

Siguiendo esta línea, Soledad se encuentra satisfecha con su trabajo porque le gusta ayudar a los estudiantes, según sus palabras “eso me llena”. Además los ex alumnos la vienen a ver para darle regalos.

Regalos que le han hecho los estudiantes

Soledad explica que le agrada ir a graduaciones de estudiantes ya que “uno lo ve entrar a la universidad y ahora los ve salir como todos unos profesionales”. Alrededor del entorno de trabajo de Soledad se encuentran diversos recuerdos, algunos de su familia mientras que otros son regalos que le han traído los profesores cuando viajan al extranjero. 

Entre todo estos recuerdos se encuentra también el día que recibió honores por los 30 años junto a otros momentos importantes en su vida.

Respecto a los años que lleva Soledad en el cargo de secretaria, ella menciona que “siempre ha sido un orgullo para mi haber entrado a trabajar en la Universidad de La Serena, porque uno tiene contacto con gente que tiene educación, además de aprender todo los días algo nuevo, yo hace poco hice un curso de lenguas de señas y todo gracias a la universidad”. También comenta que cuando cumplía las labores de su cargo tuvo la posibilidad de tener a sus tres hijos en el jardín de la casa de estudios, “tuve la suerte que ellos venían conmigo y salía con ellos del trabajo”.

Otra persona que se ha mantenido bastantes años en la institución es la secretaria del departamento de Artes y Letras, Elizabeth Villalobos, quien desde que estudió secretariado tuvo como sueño trabajar en una universidad, así que postuló y quedó seleccionada. Actualmente lleva 35 años en la institución y expresa con orgullo que “me enorgullece el hecho de estar en esta universidad. Nunca he tenido problemas con nadie, además he sido bien calificada, por los 20 años me dieron una medalla de plata y los 30 una medalla de oro. Me ha enorgullecido mantener esta trayectoria».

Fotografía de su entorno de trabajo

Elizabeth llegó en el año 1988, siendo en primera instancia secretaria de la central de apuntes, para posteriormente pertenecer al Departamento de Ciencias Sociales, hasta que se dividió en el Departamento de Ciencias Sociales y Departamento de Artes y Letras,  siendo este último en donde se ha mantenido.

La razón de su elección se debe al ambiente de trabajo, menciona que ha podido tener amigos y colegas en este departamento. También declara que “la comunicación con los profesores es muy buena, los profesores toman café y conversan, además de incluirme en la conversación, siempre estoy presente, me saludan cada día”.

Elizabeth no trabaja a menudo con tantos estudiantes a diferencia de Soledad, sino comparte con profesores de la facultad, al igual que con otros funcionarios de  la universidad, ella recuerda que “en los años 90 nosotras jugábamos baby football entre compañeras, yo no solía jugar ni nada, pero me metieron al equipo y después aprendí a jugar y de eso salí la mejor jugadora, lo fue bastante sorprendente”.

Sumado a esto, otro recuerdo agradable que tiene en la universidad es cuando cumplió 50 años, su jefe junto a sus compañeros de la facultad le hicieron una celebración en donde trajeron hasta un charro para poder cantarle una serenata, para ella fue “bastante sorprendente”.

Elizabeth expone también su agradecimiento con la universidad, aclara que “he podido viajar a encuentros de secretarías a nivel nacional y he conocido mucho el país: Punta Arenas, Puerto Montt, Valparaíso, entre otras ciudades. Incluso he hecho amistades a nivel nacional”

Todo esto, en conjunto al buen ambiente laboral, ha hecho que sea una grata experiencia en la universidad para Elizabeth, donde aún desea seguir trabajando a pesar de su pronta jubilación. 

Laura Maya, secretaria de la Escuela de Periodismo.

Laura Angelica Maya, comenta que ha cumplido 20 años en la institución. En un principio estuvo encargada de la biblioteca de periodismo que se ubicaba en las oficinas de la carrera. Respecto a esto, explica que “era un biblioteca exclusiva para alumnos de periodismo, los alumnos generalmente no iban a la biblioteca central, sino venían aquí, actualmente ya no existe esa sala y los libros fueron entregados a la biblioteca central”.

Dentro de sus experiencias durante sus años de servicio, Laura recuerda una historia graciosa respecto a su trabajo en la biblioteca. Antes existía una ventanilla con rejas donde ella atendía a los estudiantes, dando la impresión de estar encarcelada, por lo tanto, muchos de ellos cuando llegaban la veían entre rejas, realizando bromas aludiendo que “Laurita tiene que ser salvada”.

Estuvo 6 años con el cargo de bibliotecaria, hasta que en 2009 la directora de carrera de ese momento le preguntó si podía ser la nueva secretaría, cargo que ha mantenido hasta la actualidad. Comparado a lo que era en un inicio, sus labores han cambiado bastante, ya que antes todo era manual, existían los archivadores por cada año y la toma de ramos era presencial, pero mientras transcurría el tiempo se comenzaron a digitalizar todos los documentos en diferentes plataformas como Phoenix, presentando nuevos retos a los cuales ya se ha acostumbrado.

Laura también expresa que “tengo bastantes recuerdos bonitos aquí, siempre he mantenido un buen trato con los estudiantes e igual a uno le retribuye en parte el trabajo que se hace”. Sumado a esto, también comenta que “es bastante emotivo cuando un ex-alumno viene a saludarte, han pasado muchas generaciones, he conocido a muchos periodistas y siempre hay buenos recuerdos de todos ellos. Para los 30 años de la carrera me entregaron un reconocimiento, son cosas que una valora”