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Fotografía: Sofía Carvajal.

Por Sofía Carvajal

Pan, restos de carne, galletas e incluso papas fritas son algunos de los alimentos que entregan los turistas a decenas de zorros chilla al transitar por la carretera vía Los Choros. Los carteles informativos y recomendaciones de las autoridades no son consideradas por quienes visitan el lugar y aunque se trate de una conducta que aumenta anualmente, desde el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) señalan que “no podemos hacer más de lo que nos permite la ley”. No obstante, se continúa advirtiendo que esto generará cambios en el ecosistema y expondrá a los zorros al riesgo de ser atropellados y que pierdan la capacidad de cazar.

La Reserva Nacional “Pingüino de Humboldt” en Punta de Choros atrae a miles de turistas cada año por los atractivos naturales que ofrece, sin embargo, en la ruta un escenario peculiar ha ganado notoriedad por lo expuesta que se encuentra la fauna silvestre, en particular el caso de los zorros chilla que son alimentados por turistas. Si bien en el sector se encuentran carteles informativos y las autoridades recomiendan no perpetuar esto, la práctica va en aumento y genera preocupación por los efectos que pueda tener en el futuro. Lo que comenzó como un acto de compasión, se ha convertido en una amenaza silenciosa para el bienestar de estos animales y su entorno.

El zorro chilla, cuyo nombre científico es Lycalopex griseus, es uno de los tres cánidos silvestres presentes en Chile, sumándose al zorro culpeo y al zorro chilote, según antecedentes de la revista “Chiricoca”. Esta especie fue introducida en la Isla de Tierra del Fuego en 1953, con el objetivo de controlar la plaga de conejos europeos y actualmente se encuentra distribuida a ambos lados de Los Andes, desde el extremo sur de Perú y norte de Chile hasta la Región de Magallanes, teniendo como límite natural el Estrecho de Magallanes según la clasificación del Ministerio de Medio Ambiente.

Este animal silvestre se considera oportunista, ya que posee una gran gama de alimentación. Fernanda Pizarro, médico veterinaria, explica que “los zorros se alimentan de conejos, en este lugar específico de liebres, roedores, aves, lagartijas, además consumen frutos y semillas”. Asimismo, agrega que “encuentran su alimento solos, por algo están ahí, viven en ese ecosistema y son parte de todo un equilibrio ecológico. Son depredadores, por lo tanto, están en el tope de la cadena”. 

Otra característica importante que señala Fernanda, es que los zorros chilla “son animales solitarios, no andan en manada, solamente los ves acompañados cuando son familia”. La médico veterinaria es especialista en fauna silvestre y en el período estival 2024 visitó el sector y pudo constatar la problemática “De lejos vimos que estaban al costado de la carretera, porque se mantienen ahí. Cuando ingresamos, llegaron unos 20 corriendo, se acercaron enseguida” un comportamiento inusual en animales solitarios, evidenciando cómo la entrega de alimentos ha alterado los patrones naturales de los zorros.

Imagen cedida de redes sociales de @fernandapizarro

La situación que presenció Fernanda le resultó tan impactante, que decidió publicar un video denuncia a través de sus redes sociales “gracias a este vídeo me llegaron comentarios de que la persona que empezó a darles comida era un chofer de un bus que vive allá mismo, quizás vio a uno pasando por el camino y se le ocurrió darle comida periódicamente. Así fue aumentando; una acción pequeña puede generar un gran impacto”.

Otros que han sido testigos de esta situación son Javiera Matamoros y César Villarroel, quienes transitan de manera frecuente por la carretera camino a Punta de Choros. En el caso de Javiera Los Choros es su segundo hogar “desde que tengo ocho años he visto el tema de la alimentación a los zorros chillas en especial en el camino de La Serena a Los Choros” y añade que “se les tiraba pan, restos de carne, la gente hacía asados y les dejaba los restos. Había un furgón que hacía traslados que les llevaba pan, les enseñó la conducta de adiestrarlos, ellos apenas escuchaban una bocina de cualquier auto y se acercaban a la carretera”.

Respecto a las consecuencias, Javiera comenta que “he notado el tema de control de plagas, que nos afecta a nosotros, porque la alimentación de los zorros se basa principalmente en roedores, en carroña, en aves y ahora es más frecuente verlos en la zona. Es parte del ecosistema que los depredadores controlen las plagas y los desbordes de población que puede haber dentro del ecosistema”.

Fotografía: Sofía Carvajal. Basura en entorno de zorros.

Por su parte, César, residente de Chañaral de Aceituno, indica que “los zorros cruzan a la carretera y como estrategia tratan de hacer parar a los autos, arriesgando su vida, esto provoca que mueran atropellados y que otros mueran de hambre porque no vuelven a cazar”. Además, hace énfasis en que hay un doble efecto “se va generando una pluma de basura en el lugar donde le dan comida en bolsas o en envases plásticos, esa basura queda en el lugar, cambian la vida a los zorros y por otro lado contaminan”.

En la carretera que conecta a Los Choros con la Ruta 5 Norte se encuentran letreros informativos que, en su mayoría, aluden a que los vehículos moderen su velocidad por el cruce de fauna y otros llaman a no alimentar a los zorros. Estos fueron instalados por la comunidad, así lo señala Yelitza Díaz, encargada de recursos naturales del SAG “la comunidad nos ha apoyado con letreros que colocaron en la carretera y específicamente en el sector que dice que no se alimenten los zorros, pero aun así la gente sigue alimentándolos”.  

Fotografía: Sofía Carvajal. Letreros informativos.

Algunos de estos letreros se encuentran deteriorados, aunque es una de las únicas medidas que se han implementado para abordar la situación. Javiera Matamoros indica que esto sucede porque no se percibe como una situación preocupante “las autoridades de La Higuera tampoco lo ven como una problemática. En Los Choros es algo normal y ahora que van los turistas se ve más como un problema”. En el año 2019 la Municipalidad de La Higuera publicó un material audiovisual vía Facebook, titulado “Spot <<no alimentes a los zorros, ellos no son mascotas>>”, donde se exponen las recomendaciones. Sin embargo, hasta la fecha no se ha evidenciado un trabajo más profundo sobre el tema.

Imagen de redes sociales de la Municipalidad de La Higuera vía Facebook.

Las autoridades

El seremi de Medio Ambiente de la Región de Coquimbo, Leonardo Gross, detalla que “desde el ministerio tenemos un rol más bien de educación ambiental, explicándole a los vecinos que esta es una práctica que aparentemente es muy amigable, pero que está incurriendo sin darse cuenta, en una situación que atenta contra la salud de los mismos”. 

En tanto, el concejal de La Higuera, Urbano Morales, expresó que “no hay ningún plan a largo plazo por parte del municipio, no existe eso, solamente hay gente que ayuda a la difusión, a que las personas también tengan conciencia”. 

Mientras que, desde el SAG, Yelitza Díaz señala que “nosotros como SAG no tenemos cómo sancionar, nosotros vemos caza, tenencia y captura dentro de la fauna silvestre y el tema de la problemática de alimentación a fauna silvestre no está dentro de la ley, por lo que no podemos hacer más de lo que nos permite la ley”. 

En Chile los animales no gozan de personalidad jurídica, no son considerados sujetos frente al derecho, ni siquiera animales domésticos como perros y gatos. En el caso de los zorros chilla, la única normativa que los ampara es la Ley Nº19473 de Caza que se enfoca principalmente en la regulación de la caza, captura, crianza, conservación y utilización sustentable de animales de la fauna silvestre, sin considerar la alimentación que los turistas les proporcionan. 

En este sentido, penalizar la conducta de alimentar a la fauna silvestre no es algo imposible de realizar, diversas ciudades del mundo han implementado medidas, como Oakville en Canadá y Hong Kong en China. En Latinoamérica, Costa Rica ha tomado medidas al respecto a través de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, que en su artículo 116 establece una multa de entre el 15% y el 30% de un salario base para quien, sin autorización del Sistema de Áreas de Conservación, suministre alimentos o sustancias no autorizadas a la fauna silvestre.

El hecho de entregar cualquier tipo de alimento a la fauna es nocivo, altera el ecosistema y genera preocupación en los habitantes de Punta de Choros, quienes han visto como esto se acentúa cada vez más. Si bien las autoridades y la misma comunidad entregan recomendaciones, la problemática está lejos de encontrar una solución a corto plazo, debido, principalmente, a falta de una normativa que regule el tema. Por otra parte, actualmente tampoco existe ninguna investigación o estudio que mida el impacto que ha tenido la alimentación de zorros en su conducta o en su entorno, por lo que las consecuencias aún están por verse.