Barcos abandonados y hundidos: un peligro para la navegación y el medioambiente de la bahía de Coquimbo

Barcos abandonados y hundidos: un peligro para la navegación y el medioambiente de la bahía de Coquimbo

Una baja ganancia sería la causa de la falta de interés por participar en las licitaciones que buscan desarmar las embarcaciones que se encuentran a la espera de salir del agua, antes de convertirse en parte permanente del fondo marino.

Por Daniela González y Eduardo López

El barco “Aremilla” se hundió en mayo del 2023 y se hallaba en estado de abandono, sin embargo no es el único caso que preocupa a los pescadores de la bahía de Coquimbo. Actualmente el  “Lucía” y “Tahití”  permanecen hundidos, por otro lado “Las Nieves”, “Isla Lénox” y “Marlenne” se encuentran abandonados, situación que representa un peligro no solo para la navegación, sino también para el medio ambiente. Este es el caso de “Don Humberto”, un buque que naufragó en 1997 y ha estado varado desde ese entonces, causando preocupación porque contenía petróleo. En el 2016 la embarcación filtró petróleo que llegó hasta las costas de La Serena causando alerta, por tal motivo, la Gobernación Marítima inició el proceso de extracción de combustible del buque, retirando 32.000 litros de petróleo. El Decreto de Ley 2.222 establece las normas de seguridad, las condiciones que se deben cumplir y las gestiones que la autoridad marítima debe ejecutar cuando un barco queda abandonado, que consiste en realizar un aviso a su armador y de no haber respuesta, pasarlo al fisco quien realizará una licitación pública.

El Decreto de Ley N°2.222 en su artículo 132 estipula que el procedimiento para poder declarar un barco en nombre del fisco es “si una nave o artefacto naval se encontrare a la deriva, en malas condiciones de flotabilidad o haciendo agua, la Autoridad Marítima requerirá a su propietario, armador u operador para que adopte, de inmediato, las medidas correctivas que ella determine”, posteriormente la autoridad marítima lo declarará en abandono.

Para anotar una nave en los registros de las embarcaciones se deberá definir si la nave es menor o mayor, dependiendo de las toneladas, es decir, es menor si pesa menos de cincuenta toneladas y el registro se llevará a cabo en las Capitanías de Puerto de sus respectivas zonas. Mientras que, si supera las cincuenta toneladas será clasificada como una nave mayor y el registro de dichas embarcaciones se le solicita a la Dirección General del Territorio Marítimo, esto para buscar si la embarcación tiene algún documento sobre la vigencia del barco, de no ser así se proseguirá con la inscripción al fisco. Es necesario que sea inscrita a favor del fisco para poder comenzar con el proceso de la licitación pública, esto con el objetivo de encontrar algún interesado que quiera sacar el barco del mar.

En el caso de “Aremilla” se trata de un pesquero de alta mar que está catalogado como barco mayor, el cual recientemente se hundió. El capitán de puerto de la Gobernación Marítima, Victor Herrera señaló que “el navío se encontraba a favor del fisco y no había encontrado en las últimas tres licitaciones ningún oferente, se hundió y actualmente es un peligro a la navegación, lo que estamos haciendo ahora es gestionar su balizamiento”. El balizamiento corresponde a una forma de señalar que existe peligro, según la International Association of Marine Aids to Navigation and Lighthouse Authorities (IALA), acerca de sus funciones el capitán de puerto explica que “ellos son los que norman a nivel internacional cuáles son, por ejemplo, los colores y las luces que tiene que tener cada tipo de peligro a la navegación y para el caso del ‘Aremilla’ esto sería un peligro aislado debido que es un naufragio y tiene que ser señalizado con una luz blanca, se está intentando lograr esto conjunto a los boyarines que indican que existe un peligro para la navegación”.

Victor Herrera también manifestó que actualmente hay tres embarcaciones flotando en estado de abandono en la bahía “Marlenne”, Las Nieves” e “Isla Lénox”, las dos últimas no han podido ser inscritas a favor del fisco, porque poseen garantías u órdenes de embargos que impiden que puedan ser licitadas, no obstante la Dirección General de Territorio Marítimo ya le solicitó al juzgado correspondiente el levantamiento de esas gestiones, para que puedan seguir con el proceso.

En el caso de “Marlenne” que es el pesquero más cercano al Puerto de Coquimbo, el capitán del puerto explica que luego de que el departamento jurídico lo evalúe, van a hacer una licitación por dicha embarcación con esperanzas de que aparezca un oferente. Además, señala que muchas veces hay desconocimiento sobre las publicaciones de las licitaciones, ya que para tener acceso a ellas hay que entrar en el portal. No obstante, se han coordinado con algunos privados de la zona y han salido a buscar oferentes, también han generado las instancias para dar mayor alcance a los procesos que se están haciendo. 

Así como “Marlenne”, todas las embarcaciones que se encuentran varadas en la bahía de Coquimbo entran en la categoría de barco mayor, es decir, tienen un peso superior a cincuenta toneladas, el capitán del puerto asegura que “todas estas naves que están en Coquimbo no tienen combustible”, este proceso de extracción se realizó en el año 2019 cuando se evidenció que había un abandono de parte de sus armadores, dado que la principal forma en que se puede contaminar el mar es con el petróleo, por lo tanto se sacaron los elementos que se encontraban dentro de las embarcaciones, como por ejemplo un tambor de aceite. En estos momentos todos los componentes ya están fuera de los navíos.

Este es uno de los motivo por el cual los pescadores del Puerto de Coquimbo se encuentran preocupados, ya que además de ser un peligro para la navegación, es una alerta para el medioambiente, ante esto el dirigente del gremio de pescadores artesanales, Elias Marambio declaró “no queremos barcos en el fondo del mar, nosotros queremos una bahía limpia, estos barcos tienen combustible”, ya que los derramamientos de petróleo provocan un desmedro a todos los recursos que tienen en el puerto. Explica además que, están preocupados porque los navíos se están hundiendo en áreas de manejo, es decir, el lugar donde ellos inician y terminan su jornada laboral.

Asimismo, el dirigente del gremio de pescadores artesanales manifiesta que con los temporales la situación empeora, “imaginemos que ocurre un temporal y un barco abandonado se vaya al garete frente a todas los botes de nosotros y los hace tira ¿Quién se hace responsable de ello?”, con la expresión “al garete” se refiere a que la embarcación es llevada por el viento o corriente sin control. Cabe recordar que un temporal ya había ocurrido en la región en 1997 provocando el naufragio del barco “Don Humberto” en la costa de Coquimbo.

Dada la preocupación de los pescadores por el daño medioambiental que podrían causar los barcos abandonados, el ingeniero en Prevención de Riesgo y Medio Ambiente, Enzo Bonilla indica que los ecosistemas tienen generalmente una particularidad que de ser perturbados se van a dañar y destaca que “el ecosistema marino es mucho más sensible que el ecosistema terrestre, por lo tanto, los daños  a nivel del mar son mucho más graves y muy difíciles de recuperar”. Sin embargo, expone que si bien el petróleo es una sustancia contaminante, es de los menos nocivos y especifica que uno de los elementos contaminantes más dañinos es el ácido. 

De esta forma, explica que esta situación eventualmente podría generar un daño ambiental, pero no a niveles importantes, por el contrario, los navíos hundidos pueden causar un deterioro mayor que los que aún flotan, ya que ocupan el suelo marino de la micro y macro fauna del lugar. Aún así la magnitud del daño es menor a la que podría provocar un elemento contaminante similar al petróleo o el ácido. Enzo Bonilla añade que “el medioambiente tiene una capacidad de resiliencia, es decir que puede ser perturbado y se acostumbra a esa alteración en su ecosistema”. Debido a la situación actual subraya que ”la medida ideal es sacar todos esos barcos de ahí.”

De los barcos que se mantienen abandonados, Elias Marambio comenta que “Las Nieves” está apunto de hundirse y explica que “ellos tienen que venir a achicar el agua pero ya no basta esta medida”, además de añadir que “los barcos nunca más van a recuperarse”. Ante esto el capitán de puerto afirma que “al no tener mantenimiento empiezan a sufrir los daños del mar y es debido a esto que puede ocurrir un hundimiento en cosa de minutos”, por tal motivo han aplicado medidas como visitar las naves cada tres días, pero también menciona “son naves que de no existir un oferente, se va producir finalmente su hundimiento como ha ocurrido ya en dos ocasiones”.

Pese a que los procesos para resolver la situación del pesquero “Aremilla” no dieron resultados, se espera la licitación por el barco mayor “Marlenne”, que tiene que ser evaluada por el Departamento Jurídico, sin embargo, Victor Herrera agrega que “nos dimos cuenta que no hay oferentes, porque los costos de desguace son mayores a los beneficios que puede obtener la persona”.
El capitán de puerto afirma que nunca se ha logrado una licitación con éxito,  además no existe ningún otro proceso aparte de la licitación, ya que niega la opción de varar el navío, es decir dejarlo en la tierra, debido a que se configuran mayores riesgos en el desarrollo. Sin embargo, el Decreto Ley 2.222 dice que “en casos de extrema urgencia, como el inminente hundimiento de la nave o artefacto naval en el lugar en que se encuentra, la autoridad marítima estará facultada para autorizar o disponer su vertimiento”.

Según la Organización Marítima Internacional el vertimiento es “toda evacuación deliberada en el mar de desechos u otras materias efectuada desde buques, aeronaves, plataformas u otras construcciones, así como toda evacuación deliberada de esos propios buques o plataformas”. En relación al tema el gobernador marítimo, Javier Cáceres, indicó para el medio mundo marítimo que “podría ser deshuesado o hundirlo en un lugar seguro para ello” refiriendo a la embarcación abandonada ‘Isla Lénox’.

Elias Marambio expresa que ha estado en asuntos ambientales hace muchos años, exactamente desde el 2012, además de participar y ganar juicios por el derrame de petróleo. Frente a toda la situación, resalta que “nosotros no queremos recibir 90 o 100 mil pesos, queremos que nuestra bahía esté limpia para pescar nada más”.

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