A pesar de la infraestructura necesaria y el costo de su práctica, este deporte parece ganar cada día más adeptos, en parte por su simpleza y porque no tiene límite de edad. Un “paleteo” que también se ha llevado a nivel competitivo en la región. 

Por Alexia Reynoso

El pádel comenzó su auge durante el periodo posterior a la pandemia, con la periódica integración de la sociedad a los espacios públicos, tiempo en el cual la práctica de deportes tuvo un 60% de crecimiento según el sitio web EasyCancha. Algunos de los motivos por los que se puede asociar su crecimiento es la cantidad de jugadores, implementos y facilidades que brinda esta actividad para comenzar a jugar. 

La disciplina deportiva ya conocida por muchos, ha visto un considerable aumento en la cantidad de espacios y personas que la practican. Hace 3 años en La Serena solo existía un complejo deportivo ubicado en la calle Cuatro Esquinas cercano a la carretera. Hoy en la conurbación existen al menos 15 canchas dedicadas a este deporte y según la Federación Nacional de Pádel de Chile, el país ya posee un aproximado de 750.

Tradicionalmente el pádel se juega en una cancha rodeada de paredes de fibra de carbono con un tamaño de 10 metros de ancho por 20 metros de largo, en ella dos equipos con dos personas cada uno deberán tratar de obtener 4 puntos, para continuar con el juego y tras 6 juegos, conseguir un set. La innovadora diferencia que posee este deporte en comparación con otras disciplinas como el tenis, son sus técnicas, pues en el pádel las paredes también son territorio de juego y pueden ser usadas a favor de los participantes para obtener puntos.

Desde los clubes también se ve un gran entusiasmo por el crecimiento de este deporte. Eduardo Alvarez, dueño de Máximo Padel Tienda y socio del espacio Máximo Pádel Club habla sobre su perspectiva del crecimiento de esta disciplina, al respecto dice que “ Es un deporte que no tiene limitaciones o condiciones para poder jugar, no es necesario ser un deportista ni cumplir con edad, ni siquiera es necesario saber las reglas al principio, es tan fácil como ir a paletear”. Los clubes en su mayoría también imparten clases, arriendan los implementos e incluso ayudan a organizar los partidos si es que no se tiene el total de jugadores requeridos. Los costos de arriendo de la cancha comienzan desde los $13.000, sin embargo dependerá del día, hora y club.

Gracias a su popularidad y facilidades el pádel ha generado el afianzamiento de un nicho deportivo en la región que puede enfocarse desde la perspectiva de una actividad recreativa hasta la realización de torneos competitivos. Christian Cortés, quien lleva años practicando el deporte de manera recreativa habla de sus primeros acercamientos a la disciplina “Yo lo conocí debido a mi padre, quien comenzó a jugar durante la universidad, un día lo acompañé a un partido y desde entonces empecé a jugar, es muy divertido porque conoces a muchas personas y hay muy buena onda en el ambiente“  

Desde la vereda competitiva, Valentina Vivanco, jugadora y reciente campeona del torneo Mónaco Pádel Race en la categoría B, relata su experiencia en el área competitiva y hace la comparación con otros deportes “Me gustó el pádel porque es un deporte más individual, si tu mejoras se nota en la cancha y puedes apoyar a tu partner, en deportes como el Volleyball es más difícil ver mejoras, porque depende de muchas personas y en otros como el tenis que es tan individual, a veces se vuelve frustrante” también habla de su conocimiento de los torneos, menciona que “Generalmente cada club hace sus campeonatos, tienen diferentes categorías y entregan premios en dinero o productos a los ganadores, también hacen torneos entre varios clubes, pero esos solo ocurren cada cierto tiempo”.